Ciudadanos inteligentes en las smart cities

Escrito por Paz Ugarte. Publicado en Smart cities

Según Naciones Unidas en su estudio “World Urbanization Prospects”, la población mundial tiende a vivir en zonas urbanas. Se calcula que en 1950 representaba el 51%, actualmente está en torno al 71% y se prevé que en 2050 alcance el 84%. Este desplazamiento ha provocado una enorme evolución de las ciudades con la construcción de numerosas infraestructuras para atender las necesidades de una población en constante aumento. Sin embargo, nos encontramos en un momento donde la sostenibilidad de nuestro estado de bienestar está obligando a revisar nuestros modelos productivos, sistemas de gestión, niveles de servicios y sistema de financiación en los municipios, que durante años ha estado basado en la explotación del suelo. Además, el cuidado del medio ambiente ha creado la necesidad de encontrar nuevas maneras de gestionar las ciudades en las que el ahorro y la eficiencia sean los objetivos centrales.

Para conseguir esta evolución hacia la sostenibilidad, no sirve con delegar todo en las autoridades sino que es necesario el perfecto engranaje basado en la confianza entre lo público, lo privado y la ciudadanía. Hasta ahora hemos visto las transformaciones como meros espectadores: no sabemos cómo funcionan los servicios, su costo o cómo se realiza su mantenimiento y ello hace que a menudo malgastemos los recursos. Es hora de que el ciudadano ocupe dentro de su municipio el lugar que le corresponde y se comprometa con su entorno. Una comunicación adecuada de doble dirección entre la ciudadanía y los responsables de la gestión creará un sistema más democrático, de verdadera implicación en la definición de las políticas públicas.

 

En los últimos meses se habla de Smart Cities, ciudades mejor gestionadas que permitan mantener la calidad de vida y el cuidado medioambiental y en las que se consiga más con menos. En este sentido, los últimos avances tecnológicos y las enormes posibilidades que ofrece internet son fundamentales como ya lo demuestran el caso de Málaga o Rivas Vaciamadrid, donde el alumbrado de las calles, el consumo de gas e incluso algunas infraestructuras deportivas están controlados para su uso según la necesidad de cada momento, con el consiguiente ahorro. El empleo de la tecnología es imprescindible para conseguir mayor eficiencia energética, mejorar la movilidad y gestionar los servicios públicos, pero también para conocer los usos y hábitos de la ciudadanía. Si nos centramos únicamente en los aspectos técnicos corremos el riesgo de crear ciudades uniformes en las que la propia identidad cultural y social desaparezca. El ciudadano tiene en sus manos mantener esas señas de identidad compartiendo con los gestores la información de manera abierta y colaborativa. Así, las políticas urbanas estarán más dirigidas a responder a las demandas reales del ciudadano. Vamos a asistir al nacimiento en los próximos años de un nuevo modelo de gestión municipal ya sea de forma espontánea o planificada, por eso cuanto antes nos impliquemos más fácil será la transformación.

Los pasados días 24 y 25 de abril se han dado cita una decena de expertos en las jornadas Diálogos en La Granja que tengo el placer de dirigir. Para hablar sobre Smart Cities y el papel de los ciudadanos en la evolución de las ciudades. En este encuentro, que pretende movilizar voluntades y crear acciones efectivas, los ciudadanos pueden y deben estar presentes, y pueden hacerlo a través de preguntas, ideas y sugerencias que ya se están recogiendo en el perfil Facebook de Diálogos en la Granja y en Twitter @DialogosGranja. Les esperamos.

Foto: Diálogos en la Granja